He de perder tu nombre
en la primera cripta del cementerio.
He de perder tu acento
al escuchar jadeos entre las viñas
o al encino temblar en la leñera.
Bajo la puerta encontraré la clave
para dar con el frasco de veneno:
a brújulas nacidas sin oriente
soles que nos deslumbran apagados.
Y en el frasco, en vez del tósigo liberador,
veré saltar tus últimas palabras:
lo que tu voz tiene de piedra
colgará de tu cuello en otra vida.
I shall look for your name
on the first crypt of the cemetery.
I shall lose your accent
when I hear pantings in vineyards
or when the oak trembles in the woodpile.
Under the door I will find the cipher
to reach the poison jar:
to compasses born without east,
dark suns that dazzle us.
And in the jar, instead of a liberating venom,
I shall see your last words leaping out:
that which the voice has of a stone
will hang from your neck in another life.